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Rizana Nafeek, condenada a muerte en Arabia Saudí. © Private

Una joven srilankesa corre peligro de ejecución inminente en Arabia Saudí por un crimen que presuntamente cometió cuando tenía menos de 18 años, por lo que Amnistía Internacional ha pedido al rey saudí que evite que se aplique la condena.

Rizana Nafeek, empleada doméstica, lleva recluida desde 2005 en la prisión saudí de Dawadmi por el cargo de homicidio de un niño de corta edad que estaba a su cuidado. Tenía 17 años en aquel momento.

“Sería indignante que se ejecutara a Rizana Nafeek por esto. Al parecer ella misma era una niña en aquel momento, y existe verdadera preocupación por la imparcialidad de su juicio”, ha afirmado Philip Luther, director del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

Arabia Saudí es Estado Parte en la Convención sobre los Derechos del Niño y, como tal, tiene prohibido imponer la pena de muerte a personas que fueran menores de 18 años en el momento de cometerse el delito por el que han sido condenadas.

El 16 de junio de 2007, Nafeek fue condenada a muerte por un tribunal de Dawadmi, localidad situada al oeste de la capital, Riad.

Aunque el pasaporte que Nafeek utilizó en mayo de 2005 para entrar en Arabia Saudí indica que su fecha de nacimiento es febrero de 1982, en su certificado de nacimiento consta que nació seis años más tarde; por tanto, tenía 17 años en el momento de la muerte del niño.

Según información reunida por Amnistía Internacional, no se le permitió presentar ante el tribunal dicho certificado ni otras pruebas relativas a su edad durante el juicio en 2007. Aunque hubiera tenido ocasión de hacerlo en procedimientos judiciales posteriores, no parece que haya cambiado un ápice la decisión de los jueces, que en Arabia Saudí tienen potestad para decidir cuándo se ha alcanzado la mayoría de edad.

El 25 de octubre de 2010, el Tribunal Supremo de Riad confirmó la condena de muerte impuesta a Nafeek.

A continuación se remitió la causa al rey Abdulá para su ratificación de la pena capital. Según información publicada recientemente, la familia del niño que murió ha rehusado indultarla, por lo que su ejecución es inminente.

El presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, ya ha apelado al rey para que conceda el indulto real.

Nafeek no tuvo acceso a abogados durante los interrogatorios preliminares ni en el juicio de 2007.

Durante los interrogatorios se “confesó” en un principio autora del asesinato, pero luego se retractó de su declaración asegurando que la había hecho bajo coacción tras ser agredida. Alega que el niño murió accidentalmente por asfixia cuando bebía de una botella.

Al parecer, el hombre encargado de traducir su declaración no estaba oficialmente acreditado ni probablemente capacitado para traducir correctamente del tamil al árabe.

En Arabia Saudí se ha ejecutado en los últimos años a un número desproporcionado de extranjeros, en su mayoría trabajadores migrantes de países del Sur global.

Amnistía Internacional se opone a la pena de muerte en todas las circunstancias.